La Aloe Vera, también conocida como sabila, es una planta suculenta perenne originaria de África del Norte. Es conocida por sus propiedades medicinales y cosméticas.
Cuidado de la Aloe Vera:
Luz solar: La Aloe Vera necesita mucha luz, pero no soporta bien el sol directo en las horas más calurosas del día. Es aconsejable colocarla en un lugar en el que reciba luz indirecta.
Riego: En verano, el riego debe ser regular pero sin encharcar el sustrato, se sugiere regar cada 15 días. En invierno, la frecuencia deberá disminuir a una vez al mes.
Sustrato: El sustrato ideal para esta planta es un sustrato que drene bien, ya que es muy sensible al exceso de agua. También es aconsejable una maceta que permita el drenaje.
Temperatura: La Aloe Vera prefiere las temperaturas cálidas, alrededor de los 20-24ºC, y puede sufrir cuando las temperaturas bajan considerablemente.
Fertilizante: Durante la temporada de crecimiento (primavera-verano), puede ser útil aplicar un fertilizante diluido para plantas suculentas cada mes para proporcionar nutrientes adicionales.
maceta: La planta de aloe vera debe crecer en una maceta que sea bastante ancha y poco profunda. No son recomendables aquellas macetas muy pequeñas o demasiado pesadas, ya que entonces no podrás moverla con facilidad cuando quieras trasladarla del interior hacia el exterior.
Dónde colocarla: en un lugar donde reciba abundante luz, poco aire evita ponerla cerca de ventiladores y aparatos similares.
Además de cuidar estas plantas, se pueden usar para tratar quemaduras y heridas, al aplicar la savia o gel que se encuentra dentro de las hojas directamente a la piel. También se puede comer y es útil para mejorar la digestión.
